diumenge, 16 de setembre del 2012

Jean-Luc Godard: Vivre sa vie


Vivre sa vie, un dels millors films de Jean-Luc Godard. Rodat el 1962, el film es la resposta d'un dels més emblemàtics realitzadors de la Nouvelle Vague, al llibre de Marcel Sacotte: Où en est la prostitution?. L'anecdotari del film és extens, i hom pot quedar-se amb la que més li convingui de les dotze escenes en que està construït el film. Jo he decidit pujar al GS la conversa de Anna Karina amb el que fou un dels grans filòsofs de la època: Brice Parain. L'escena està subtitulada en espanyol: Podeu trobar en els comentaris d'aquest post una transcripció d'una part del diàleg.

3 comentaris:

Roy Batty ha dit...

Hablar es casi una resurrección con respecto a la vida; cuando se habla, hay otra vida que cuando no se habla. Entonces, para vivir hablando, uno debe haber pasado por la muerte de vivir sin hablar (...) Hay una especie de ascesis que te impide hablar bien hasta que se mira la vida con despego (...) Se oscila, por eso se va del silencio a la palabra. Oscilamos entre ambos porqué es el movimiento de la vida. De la vida cotidiana, uno se eleva a una vida ..., llamémosla superior. Es la vida con el pensamiento. Pero esta vida presupone que se ha matado la vida cotidiana, la vida demasiado elemental.

Roy Batty ha dit...

Entonces, hablar es un poco correr el riesgo de mentir?
Si, porque la mentira es uno de los medios de buscarlo. Errores y mentiras son muy parecidos. No hablo de mentiras ordinarias como prometer que vendré mañana y luego no venga, porque no quise. Comprende?, eso son cosas ... Pero la mentira sutil es muy poco diferente de un error. Uno busca y no encuentra la palabra justa. Por eso le sucedia lo de no saber ya qué decir. Tenia miedo de no encontrar la palabra exacta. Yo creo que es eso ...

Roy Batty ha dit...

Como estar seguro de haber encontrado la palabra justa?
Bueno, hay que trabajar. Es necesario un esfuerzo. Uno debe decir lo necesario de modo que sea justo, que no hiera, que diga lo que quiere decir, que haga lo que tiene que hacer, sin herir y sin hacer daño.
Sin embargo, Kant, Hegel, la filosofía alemana ... están ahí para reconducirnos a la vida. Y para saber aceptar que hay que pasar por el error para llegar a la verdad.